¿Cómo aumentar el rendimiento de aceite de girasol? 5 técnicas clave para optimizar tu proceso desde la preparación hasta la refinación

Si estás operando una planta de extracción de aceite de girasol —ya sea pequeña o mediana—, sabes que cada punto porcentual de mejora en el rendimiento se traduce directamente en mayor rentabilidad. No se trata solo de "más aceite", sino de reducir pérdidas innecesarias y maximizar el valor de cada kilogramo de semilla.

1. Preparación de semillas: el paso que define todo

La humedad ideal para procesamiento es entre 8% y 10%. Si está fuera de este rango, el rendimiento puede caer hasta un 15%. Un estudio realizado en una fábrica de Argentina mostró que al ajustar la humidificación antes del triturado, lograron un aumento del 7% en el rendimiento inicial. Usa sensores de humedad en línea o pruebas manuales cada 2 horas si no tienes automatización.

2. ¿Frío o calor? El dilema del prensado

Para aceites gourmet o biológicos, el método de prensado en frío (≤60°C) preserva más nutrientes y aroma. Pero si buscas rendimiento máximo, el prensado térmico (100–120°C) libera hasta un 12% más de aceite. En una cooperativa de México, cambiar de frío a caliente incrementó su rendimiento de 55% a 68% sin afectar la calidad del producto final.

3. Filtración avanzada: donde se pierde lo invisible

Una filtración inadecuada deja residuos que no se pueden recuperar. Una máquina con filtro de 5 micrones reduce las pérdidas de aceite residual en más del 30%. No compres equipos solo por precio: invierte en precisión. Los fabricantes confiables ofrecen sistemas con control automático de presión y limpieza interna.

4. Ajuste de equipo según escala: no todos necesitan lo mismo

Si tienes una producción menor a 5 toneladas/día, combina una prensa manual o semi-automática con un sistema de filtración compacto. Para volúmenes mayores, considera un sistema integrado de prensado térmico + destilación. La clave está en la compatibilidad, no en la cantidad de máquinas.

El camino hacia mejores resultados no es mágico: es técnico, repetible y medible. Cada paso tiene un impacto real. Y cuando lo haces bien, no solo ganas más dinero, también ganas confianza de tus clientes —que hoy en día valoran la transparencia y la eficiencia tanto como el precio.