El aceite de girasol es uno de los más consumidos en el mundo por su sabor neutro, alto contenido en ácidos grasos insaturados y versatilidad culinaria. Sin embargo, la calidad del producto final depende directamente del proceso de extracción y de la elección del equipo adecuado. En esta guía práctica, desglosamos cada etapa clave del procesamiento de semillas de girasol —desde la preparación hasta la filtración— para ayudar a productores y operadores a tomar decisiones informadas que mejoren la eficiencia y la calidad del aceite.
Antes de la extracción, las semillas deben limpiarse y desgranarse. Un sistema de lavado con agua recirculada puede eliminar hasta un 95% de impurezas como tierra, piedras o residuos vegetales. La desgranadora elimina la cáscara externa, lo cual mejora el rendimiento de extracción en aproximadamente un 8–12%. Estudios de laboratorio muestran que semillas bien preparadas generan un aceite con menor contenido de sólidos suspendidos (menos de 50 ppm) y mayor estabilidad oxidativa.
Tipo de equipo | Rendimiento promedio (%) | Costo operativo (€/kg) |
---|---|---|
Prensa de tornillo semi-automática | 38–42% | 0.08–0.12 |
Prensa hidráulica automática | 45–50% | 0.06–0.10 |
La elección entre prensa de tornillo y prensa hidráulica no es solo técnica: también afecta el volumen de producción, la mano de obra requerida y la calidad del aceite crudo. Las prensas de tornillo son ideales para pequeñas y medianas plantas (1–5 toneladas/hora), mientras que las hidráulicas automáticas se usan en plantas industriales (>10 t/h). Además, las prensas hidráulicas ofrecen una presión uniforme que reduce la formación de espuma durante la extracción, aumentando así el rendimiento del aceite en un 7–10% frente a equipos mecánicos convencionales.
Una vez extraído, el aceite crudo debe pasar por un sistema de filtración por vacío o membrana. Esto elimina partículas sólidas, proteínas y fosfolípidos que pueden acelerar la oxidación. Con un sistema eficiente, el contenido de sólidos queda por debajo de 10 ppm, lo que cumple con las normas internacionales ISO 5558 para aceites comestibles. Además, esto permite almacenar el aceite hasta 12 meses sin pérdida significativa de calidad.
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